Presidencia de la Nación

Discursos de odio y democracia

Un abordaje desde la perspectiva de derechos humanos.


Las reflexiones críticas sobre los genocidios ocurridos durante el siglo XX pusieron en el debate público, entre otros problemas, el de la manipulación política por medio de los discursos de odio. La construcción de enemigos internos o externos, definidos a partir de características vinculadas a su religión o creencias políticas, su origen nacional o étnico, su identidad de género u orientación sexual, se convirtió en la antesala de procesos de violencia extrema y de reconfiguración de las sociedades en base al terror y el exterminio.

Así sucedió en el contexto de la Primera Guerra Mundial con el genocidio del pueblo armenio y durante la Segunda Guerra Mundial con el genocidio del pueblo judío. El intento de aniquilación total de ambos pueblos comenzó por un proceso de segregación que los definió previamente como elementos espurios que debían ser exterminados.

También en nuestro país, durante la última dictadura militar, el gobierno se declaró en guerra contra “el enemigo apátrida”, término que aludía en primer lugar a los miembros de las organizaciones armadas peronistas y de izquierda, así como los militantes de base de estas tendencias. Sin embargo, el denominado “accionar subversivo” llegó a abarcar prácticamente toda forma de expresión o práctica que pudiera considerarse opositora al régimen militar, ya fuera ésta política, sindical, intelectual, académica o cultural. La construcción de este enemigo, presentado como una amenaza para toda la comunidad, justificaba -desde la perspectiva de las Fuerzas Armadas- la utilización de cualquier medio para combatirlo y extirparlo del cuerpo social. Así es que en el país se instalaron más de ochocientos centros clandestinos de detención, donde miles de personas fueron secuestradas, torturadas y desaparecidas.

A pesar de los esfuerzos sociales y políticos por condenar y limitar estas experiencias, desde el inicio de este siglo y en el marco de sociedades sometidas a crisis económicas, sanitarias y ambientales, los discursos de odio se han reactivado de la mano de partidos y grupos políticos de extrema derecha que construyen su identidad sostenidos en visiones autoritarias sobre la migración, el género, los modelos de familia, o los sectores más vulnerables de la sociedad.

Esto se potencia además por la capacidad de reproducción viral que ofrecen las redes sociales y las nuevas tecnologías, el hecho de que son en muchos casos figuras con responsabilidad pública quienes emiten estos discursos, la tendencia creciente a normalizarlos por parte de los medios de comunicación y algunas dirigencias, y la evidencia de que existen grupos dispuestos a materializar en acciones directas ese odio. En esta guía breve proponemos algunos elementos y reflexiones sobre el tema.


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