Presidencia de la Nación

Coronel de Marina Juan Bautista Azopardo


Juan Bautista Azopardo nació en la población de Senglia, en la isla de Malta, el 20 de febrero de 1772 y siendo aún un niño sus padres lo enviaron a estudiar construcciones navales en el arsenal francés de Toulon, donde permaneció varios años.

Entre 1793 y 1802 prestó sus servicios militares en tropas y escuadras de Francia y Gran Bretaña. En 1803 sirvió como corsario bajo bandera de Holanda (aliada de Francia) contra el comercio de Gran Bretaña.

En 1805, Azopardo comenzó a prestar sus servicios como corsario bajo bandera de España como Segundo Comandante de la fragata “Dromedario”, en aguas del Río de la Plata. La corona española había emitido un manifiesto incitando al empleo de la guerra de corso contra el comercio inglés y en el puerto de Montevideo del Virreinato del Río de la Plata había sido instalado un tribunal de presas; el virrey contaba con autoridad para otorgar patentes de corso. La fragata “Dromedario” obtuvo su patente bajo pabellón español emitido por el Virrey del Río de la Plata y su mando fue confiado al Capitán Hipólito Mordeille.

La primera invasión inglesa al Río de la Plata, ocurrida en 1806, recayó sobre la ciudad de Buenos Aires y encontró a Azopardo en las aguas frente a Montevideo a bordo de la fragata “Dromedario”. Tomó parte a favor de la corona española en las acciones de reconquista de la ciudad, trasladando tropas a bordo de diferentes embarcaciones y participó del asalto final al fuerte de Buenos Aires. Luego, fue contratado por el Virrey Santiago de Liniers para vigilar la costa sur del Río de la Plata al mando de la goleta “Mosca de Buenos Aires”. En consecuencia, la segunda invasión inglesa sobrevenida en Montevideo en 1807 lo encontró en la defensa de Buenos Aires. Su destacada actuación fue recompensada por la corona española que le extendió los despachos de Teniente Coronel graduado de las Milicias Urbanas.

En mayo de 1810 fue conformada una Junta Provisional de Gobierno en Buenos Aires que reasumió la soberanía en representación del rey Fernando VII, cautivo por los franceses, sustituyó el Gobierno virreinal y desconoció el Gobierno del Consejo de Regencia instalado en España. Azopardo adhirió a la Junta Provisional y fue asociado al Regimiento de Granaderos de Fernando VII.

Desde fines del siglo XVIII, Montevideo constituía el centro del poder naval del Virreinato del Río de la Plata. Allí se concentraron los oficiales navales de la Real Armada Española que prestaban servicios en esta región y permanecieron leales al Consejo de Regencia, y encontraron sitio los funcionarios realistas que habían sido cuestionados y relegados en Buenos Aires. El Cabildo de Montevideo notificó a la Junta de Buenos Aires que solo reconocería a su Gobierno si éste adhería al Consejo de Regencia. Montevideo se erigió en baluarte militar y político contrainsurgente cuya proximidad podía jaquear al Gobierno juntista.

La Junta de Gobierno de Buenos Aires se dio a organizar su propia fuerza naval. Comisionó a Azopardo para la formación de una escuadrilla con cinco barcos mercantes de pequeño porte a los que dotó de cañones. El 10 de febrero de 1811, Azopardo obtuvo su despacho de Teniente Coronel, fue nombrado jefe principal de esta primera escuadrilla y recibió las instrucciones reservadas para la campaña. La escuadrilla estuvo formada por las embarcaciones “Invencible” –nave capitana al mando de Azopardo–, “25 de Mayo” –al mando de Hipólito Bouchard– y “Americana” –al mando de Angel Hubac–. Destaca que las “Instrucciones que deberá seguir rigurosamente el Comandante de los tres buques que salen de estas balizas» entregadas a Azopardo fueron suscriptas por el Coronel Cornelio Saavedra y otros miembros de la Junta pudiendo ser consideradas las primeras instrucciones operativas impartidas en el ámbito de la Armada Argentina.

A fines de febrero de 1811 la flotilla zarpó de Buenos Aires y remontó las aguas del río Paraná con el objetivo de asistir al General Manuel Belgrano en su campaña al Paraguay. No obstante, fue alcanzada el 2 de marzo de 1811 a la altura de San Nicolás de los Arroyos por una escuadrilla naval realista, comandada por el Capitán Jacinto de Romarate, compuesta por dos bergantines y dos faluchos. El fuego enemigo se concentró sobre la nave capitana y la rudeza del abordaje instó a las tripulaciones del “25 de Mayo” y la “Americana” a arrojarse al agua. Azopardo fue tomado prisionero cuando pretendía hacer volar su buque incendiando la santabárbara. Fue trasladado a Montevideo donde se le instruyó un sumario por delito de alta traición y de allí fue remitido a España, donde permaneció prisionero durante 9 años.

En 1820, debido a una insurrección que estalló en la Península Ibérica, Azopardo fue liberado y optó por regresar a Buenos Aires. El Gobierno lo reincorporó al servicio con el grado de Teniente Coronel.

Posteriormente, fue designado en el cargo de Capitán del Puerto de Buenos Aires y Jefe de Matrículas. Entre su accionar se cuenta el balizamiento de los bancos Ortiz y Chico, la colocación de boyas luminosas en el Río de la Plata y la limpieza del estuario de restos de embarcaciones hundidas.

A fines de 1825, el Imperio del Brasil le declaró la guerra a nuestro país, que en ese momento prácticamente carecía de poder naval. En forma apresurada se alistó una escuadra que fue puesta a las órdenes del Almirante Guillermo Brown. Azopardo fue el Segundo Jefe de la misma y, a la vez, comandó el bergantín “General Belgrano”.

El 9 de febrero de 1826, Brown enfrentó por primera vez en la guerra a las fuerzas navales brasileñas, y en la acción participó Azopardo. Debido a una mala interpretación de señales, Azopardo no pudo apoyar con su nave al buque de Brown, y el Almirante apreció que hubo debilidad en algunos de los comandantes de las naves de su escuadra. Dio un parte al Gobierno censurando la actitud de aquellos subordinados que él estimó lo habían abandonado en el combate. A raíz de esta situación, se inició un sumario, finalizando el procedimiento mediante una resolución del Presidente de la República Argentina, Bernardino Rivadavia, dictada el 20 de diciembre de1826, por la cual se archivaron las actuaciones sin afectar el buen nombre y honor de los inculpados. No obstante, Azopardo no quiso continuar en servicio y el 3 de febrero de 1827 solicitó y obtuvo el retiro.

Continuó viviendo en Buenos Aires en compañía de su esposa María de Pérez Rico, hasta su fallecimiento, el 23 de octubre de 1848.

Sus restos descansan en San Nicolás de los Arroyos, en un monumento ubicado en calle Pellegrini y la Barranca. El sitio está indicado con una columna erigida en su memoria, para homenajear la Batalla Naval de San Nicolás, tiene 26 metros de altura y está revestida en mármol travertino. Sobre sus laterales norte y sur están plasmados textos en bajo relieve que exaltan las acciones navales allí ocurridas. El diseño es del Capitán de Fragata Jorge Servetti Reeves.

En honor a Azopardo, cuatro buques de la Armada Argentina llevaron su nombre: un remolcador y transporte (1885), un remolcador (1923), una fragata (1958) y un guardacostas (1962).

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